febrero 08, 2009

En mi pueblo vive una señora de mediana edad, muy gorda, a la que vamos a llamar Trini. Trini pesa más de 130 kilos y cuando se desplaza por nuestras calles, es obvio para casi todos que debe eliminar las grasas que acumula porque tarde o temprano le traerán problemas quizá ya sin solución. Así el médico del pueblo, aunque nos es un especialista reconocido como los que ejercen en la capital, ha visto mucho, tiene sentido común, y lleva años previniendo a Trini diciéndole que se cuide haciendo ejercicio y dieta. Además en el último año, otros especialistas han venido a ver a Trini debido a que su estado de salud se ha complicado bastante por razones que nosotros, sus paisanos, no entendemos.

Los familiares de Trini nunca fueron obesos lo que hace pensar que el problema de Trini se debe a que no le funciona bien la cabeza. Ciertamente, los últimos cinco años no ha parado de comer, con argumentos poco cuerdos, y ahora que su situación empeora, tampoco parece que mejoren sus hábitos. Sorprende comprobar que con la poca masa que tienen sus sesos en relación a la de su cuerpo, determinen con tanto poder el comportamiento de Trini y sean tan responsables de las nefastas consecuencias que sufre el resto de su maltratado cuerpo. Aunque quizá esto esplique por qué la cabeza dirigente consume casi tanto como el orondo cuerpo que tiene que arrastrar a Trini allí donde va.

Macario es el amante de Trini. Macario esta deprimido porque Trini lleva ya meses inapetente y al no ver los beneficios de su relación, no se excita como antes. La Trini, que recordemos no anda muy bien de la azotea, está convencida de que la frialdad de Macario con ella es la causa de su deterioro físico, pero él argumenta con razón que es difícil satisfacer a una gorda inapetente, además "¿qué tiene que ver la velocidad con el tocino?" dice. Lo cierto es que hasta hace poco ambos nos contaban que Macario cumplía como un campeón.

SANCHO BANCA

diciembre 17, 2008

Amigo Eguzkialde (afortunado soy por tener solo que copiar su nombre), son sabias sus palabras.

La cuestión, tal y como señala, es el horizonte temporal pero, al preguntar "¿Qué es un año en la vida de un inversor?" pues mire Usted, quizá mucho. Quizá demasiado. Quizá no lleguemos. ¿Acaso nuestras vidas no están en Otras Manos?. ¿Acaso no escuchamos una y otra vez que la sabiduría está en aquellos que viven cada minuto como si fuese el último?. Entonces... si, no, largo, corto, comprar, vender, bolsa, bonos...

1.- Hay que trabajar (yo en burro todo el día) y 2.- Hay que vivir de lo que produce nuestro trabajo. Hasta aquí, como ha sido siempre. 

Podemos aprovecharnos de estos brevísimos tiempos de estado del bienestar y de prosperidad económica. ¿Cómo? 3.- Invirtiendo lo que podamos ahorrar por si nos hace falta cuando nos jubilemos. Sólo por si nos hace falta para cuando nos jubilemos. Cuando no podamos vivir de nuestro trabajo.

¿Qué pasa si nos morimos antes?. Que no lo necesitaremos. ¿Cómo hay que invertir?. En carteras equilibradas y diversificadas. Como dicen los premios nobel. Como dice mi señor Don Quijote.

SANCHO BANCA 17.12.08

corolario: pero... hay personas que se acaban de jubilar cuando sus inversiones diversificadas han perdido un 70% de su valor... ¿entonces?... pues que nadie dijo que todos vayan a beneficiarse de estos brevísimos tiempos de prosperidad, de hecho, hay 4.500 millones de personas que no lo hacen hoy y nadie jamás lo ha hecho antes.

diciembre 03, 2008

Señor, qué sabio mencionar como última recomendación a ese diabólico instrumento que es la tarjeta de crédito!. Cuántos colegas escuderos han perdido el burro tranquilos ellos hasta el último minuto de poder "tirar de tarjeta"!.

Si queremos autoevaluar nuestro nivel de sabiduría financiera, bien podemos encerrarnos y repetir varias veces en voz alta las siguientes frases hechas: a.-"tirar de tarjeta"; b.-"tirar la tarjeta", y luego preguntarnos qué frase nos deja mejor cuerpo.

La tarjeta de crédito es un dispositivo maligno ideado para sanear las cuentas de resultado de los bancos, que siendo agradable a los sentidos y fácil de llevar tiene un efecto alucinógeno al utilizar, y que actúa como un chupón de todo aquello que nos ha costado tanto construir.

SANCHO BANCA
3.12.08

noviembre 30, 2008

El propósito de su tribuna abierta es suscitar la reflexión, hacernos pensar. Y bien que lo consigue! Pero... desde esta perspectiva, disculpe señor que discrepe.

No, las crisis no son momentos fáciles ni sosegados. Son momentos difíciles que mejor pasen cuanto antes. Un mundo económico patas arriba:

1.- No facilita la toma de decisiones. Más bien nos fuerza a tomar decisiones incorrectas que de ningún otro modo tomaríamos. Y hacerlo con bajura de miras para salir del paso.

2.- Sin duda abre puertas que antes estaban cerradas o mejor aún, no existían. Pero son puertas que nos vemos obligados a franquear sin saber a dónde nos llevan.

3.- No, en tiempos de crisis no podemos experimentar. Como parpadeemos, nos quita la casa el banco, nos dejan impagados, y nos roban en la calle.

Lamento, señor, ser un pobre escudero apegado a la tierra montado en mi fiel mula Rucia. Me falta quizá visión y altura. Al menos, puede que suscite reflexión.

SANCHO BANCA

30.11.08

noviembre 29, 2008

Que bueno, señor, que habléis de cosas del espiritu para hacer un buen asesoramiento financiero! Qué necesario es tener un espíritu sosegado y en paz para hacer una buena gestión de cualquier cosa de esta vida! También de nuestros activos financieros. Además... qué acertado estuvo al no confundir a otro San Benito ilustre, este de Aniano, que aunque también fué benedictino, vivió dos siglos después.

En fin, la cuestión es que San Benito dice en el capítulo XLVIII de su Regla que "LA OCIOSIDAD ES ENEMIGA DEL ALMA", y si es así, nos felicitamos cada momento por haber construido una sociedad del ocio que disuelve nuestros valores constantemente, sin descanso, como gota malaya.

La cuestión que me gustaría plantearos es la de saber en qué medida nuestra baja productividad, se debe a que cobramos mucho o al contrario, cobramos lo correcto pero somos poco eficaces en nuestra organización y la economía española (que incluye sus empresas, la disponibilidad de recursos naturales, su política económica y fiscal, su organización laboral, financiera, etc), es poco eficiente. ¿Es malejo el trabajador español (como las del metro) o estamos mal organizados?

SANCHO BANCA
29.11.08

noviembre 15, 2008

tomemos un poco de aire fresco antes de sumergirnos de nuevo en nuestro entorno